En mi trabajo con papel quise
resaltar dos mentes, pero implícitamente todas están presentes, pues es un
trabajo para que con todos compartas tu visión. En la mente sintética se me
quedo grabado algo esencial y verdadero. Cuando tu manejas dos cosas distinas,
cada una te aporta algo, pero al combinarlas es impresionante como aprendes y
descubres cosas o técnicas nuevas que te ayudan y mejoran. La otra mente es la
mente creativa, en la que cabe recalcar que cada quien la aprovecha y resalta
de distintas maneras, y no porque no sea similar a la nuestra significa que es
extraña o fuera de lugar. Inmediantamente se me ocurrió una especie de fusión o
de interacción entre los papeles que íbamos a usar. Decidí usar dos tipos de
color azul en los papeles, uno turquesa y otro más celeste, ya que lo relacioné
con el movimiento y dinamismo que tiene el agua y cómo fluye, al igual que
nuestras ideas que en ocasiones se combinan entre si y crean algo mucho mejor
que cualquiera de las iniciales. Decidir también cuál iba primero y cuál por
debajo no era relevante, pues lo importante era el centro de la “fusión”. Hice
un hoyo en la parte central de una y por ahí introducí la otra. Para recarlcar
y hacer más visible ese punto de fusión, aplique el color amarillo con un semi
círculo. Con esto quise resaltar que lo que se crea cuando juntamos dos ideas o
a lo que llegamos después de mucha dedicación y mucho pensar en cualquier punto
de nuestra vida, puede ser verdaderamente asombroso. Tan brillante y positivo
como el sol, todo una cohesión que resalta por ser increíble para uno.
Todo lo
que aprendimos a lo largo del semestre nos ha ayudado en algún punto o en otro
a juntar y relacionar términos al momento de exponer nuestra maquetas y cada
vez más a entender cómo y por qué son las cosas que nos rodean referente a la
arquitectura y el diseño y también cómo nosotros lo podemos cambiar. La lluvia
de ideas en este semestre fue inevitable y retadora, pues había momentos en los
que se llegaba a un bloque mental y se sentía que no había otro camino. Sin
embargo, tanto en los casos en equipo de desapacho como en individuales, por
más difícil que fuera se encontraba una solución. Se pensaba, “repensaba”,
discutía, proponía y ofrecía, hasta que algo funcionaba y realmente bien. Todo
era parte de un proceso creativo que se daba a entender con lo que nuestras
mentes sintetisaban de lo leído al exponerlo ante todos en clase. Al combinar
la teoría con nuestra lado humano o nuestras vidas, se daba una combinación aún
más interesante y todo tomaba un sentido nuevo .
Este
trabajo es la culminación perfecta para un semestre lleno de esfuerzos,
creaciones y dedicación.
Realizado por: Rosario Ortiz
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